Se caracteriza por estar realizada con sonidos sintéticos y orgánicos pregrabados en un estudio, y por sus ritmos bien marcados y repetitivos y con letras pegadizas, pudiendo incorporar voces o música instrumental.
Posee un ritmo o beat fuerte y una estructura sencilla, más similar a las canciones pop, con énfasis en las melodías y en los estribillos pegadizos.
Durante la década de 1990 el uso de las tecnologías fueron las que le ayudaron al estilo a tener más seguidores a nivel mundial y ser muy aceptado por la sociedad en esa misma década.
Suele ser muy positivo y optimista, las letras a menudo implican cuestiones de amor y de paz, baile y fiesta, o expresar emociones y superar situaciones difíciles.
La mayoría de las canciones son en tonos menores. Esto, junto con letras positivas, ayuda a contribuir a todo el sonido potente y emocional que tiene esta música. Además de la contribución de la voz femenina.